Cela en la trastiendaJOSÉ FERRÁNDIZ LOZANO [www.joseferrandiz.com] |
18 enero 2002 |
El Cela cortante, contundente, aparentemente
distante y un poco cruel a veces con sus interlocutores,
el Cela con imagen de personaje que estaba de vuelta de
todo no era exactamente así. Pude comprobarlo en 1988,
cuando tuve la oportunidad de entrevistarle. Llamé al
hotel donde se hospedaba y él mismo se encargó de
ponerme todas las facilidades de horario y lugar.
Quedamos en la cafetería del mismo hotel para las dos de
la tarde, y allí nos fuimos con el tiempo justo el
fotógrafo del diario y servidor, cayendo al poco en la
trampa de un pequeño atasco de tráfico que nos retrasó
un cuarto de hora. Intuía que las cosas podían ponerse
difíciles por ese prejuicio del Cela gruñón que, en
ocasiones, teníamos. Y de hecho, cuando llegamos, el
escritor ya estaba comiendo con sus acompañantes. Aunque
uno en esos momentos da en el tópico del tierra
trágame, no tenía otra opción que la de acercarme a la
mesa, interrumpir la conversación y disculparme.
"Ustedes los periodistas siempre llegan tarde",
respondió al tiempo que se levantaba y me invitaba a que
nos sentáramos en mesa aparte. Al empezar preguntándole
por algunas de sus extravagancias, fue salvando el
interrogatorio con monosílabos, cosa que suele turbar
bastante a los entrevistadores, pero al darle un giro y
preguntarle sobre literatura se convirtió en otro y
entró en el juego. Con la grabadora apagada, descubrí
luego al Cela de trastienda: el de conversación amable,
cortés y exquisitamente educado. Da gozo comprobar que
un clásico de las letras es mucho más tratable que un
mediocre sin lectores. Por unos minutos, debió olvidar
que había interrumpido su almuerzo y, sin meter prisa,
reconocía lo decepcionante que era para él que se le
preguntara sobre los tacos pronunciados en público o
sobre anécdotas triviales, omitiendo el interés por su
obra. Lo que ocurre es que se dejaba hacer con
resignación: "Ya ve, uno con el tiempo ha aprendido
a tirar balones fuera".
Camilo José Cela: "Tenemos un Rey que no nos lo merecemos", entrevista de J. Ferrándiz Lozano (La verdad, ed. de Alicante, 15 de septiembre de 1988) |