Solbes, imitador de Roosevelt

JOSÉ FERRÁNDIZ LOZANO [
www.joseferrandiz.com]

Diario INFORMACIÓN (Alicante), 5-4-2009

Con Estados Unidos en plena caída económica, el presidente Franklin D. Roosevelt supo, al poco de tomar posesión de su cargo en marzo de 1933, que la manera de aminorar los efectos de aquella crisis dependía de dos cosas: de las medidas que promoviera y del modo en que las comunicara. Por eso, tras decretar unas vacaciones bancarias para evitar que quebraran más bancos por la retirada masiva de fondos de sus clientes, tuvo que decidir pronto la reapertura, lo que suponía el riesgo de que se agravara el desastre. Precavido, lo anunció antes en la primera de sus “Charlas junto al fuego” emitidas por radio. Hablándole al micro convenció a sus oyentes de la necesidad de que depositaran de nuevo sus ahorros y procuró tranquilizar a los inversores para que volvieran a confiar en estas entidades. La propuesta fue un éxito y en la mañana siguiente millones de norteamericanos siguieron sus consejos.

Viendo al ministro Solbes apelar a la tranquilidad de los clientes de la Caja Castilla-La Mancha tras justificar la intervención del Banco de España, no pude más que sospechar que imitaba a Roosevelt. Por esta vez, la sosería y tono apacible, sin altibajos, casi somnoliento, del ministro era de agradecer con tal de evitar lo peor que puede ocurrirle a un banco o caja de ahorros: que sus clientes retiren sus fondos al alimón, nerviosos por el pánico. Otra cosa es que a Solbes se le desmandara el verbo y se hiciera un lío al aseverar que la Caja intervenida es solvente pero con problemas de liquidez, lo cual no acaba de encajar. Al menos hasta el domingo la solvencia se definía, entre otras cosas, como la carencia de deudas o la capacidad de satisfacerlas en caso de tenerlas, expresión que se supone en contradicción con la “falta de liquidez”. Quizá Roosevelt lo hubiese explicado mejor, dando por sentado que todo imitador acostumbra a estar por debajo de su original.