La guerra no ha terminado
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Diario INFORMACIÓN (Alicante), 5-9-2008 |
"La guerra ha terminado", afirmó Franco en
el famoso parte del 1 de abril de 1939. "La guerra ha terminado", pudo
haber escrito Azaña de ganar el bando republicano, como imaginó Jesús
Torbado en su novela "En el día de hoy". Pero curiosamente aquella
guerra no ha concluido: la mantienen los partidos políticos; la
alimentan, quizá con mucho más ardor, los historiadores parciales con
sus maniqueísmos. Por eso es justo recordar a alguien que al reflexionar
sobre el conflicto demostró mayor lucidez. En 1964 Juan Gil-Albert,
alineado en el bando republicano durante la guerra civil, concibió en
silencio un ensayo que tituló "Drama patrio", contrario a la
conmemoración franquista de lo que el régimen denominaba entonces "XXV
años de Paz". A la propaganda oficial, opuso la redacción de un libro en
la intimidad que no se publicó hasta 1977, cuando los días políticos
alumbraban la democracia. Sin embargo su sentido crítico, su honestidad
intelectual, resolvió el clandestino análisis con rara objetividad -a
pesar de avisar de que su examen quería ser subjetivo-, tratando de
comprender los antecedentes profundos de una espiral de violencia y los
resultados de ésta. Al hablar de la guerra no disculpó la práctica voraz
de la intolerancia, del fanatismo, del crimen: "Tomadas las ciudades, la
caza del republicano o del obrero, se organizaba con la misma avidez de
represalia que, en el campo contendiente, la del fascista o la del
cura". Así lo lamentaba, al tiempo que añadía que semejante proceder era
el balance siniestro que "los españoles, en dos bandos, siguen
atribuyendo como exclusivo de los contrincantes". Cuarenta y cuatro años
después de suscribir estas líneas parece ser que aún conservan vigencia:
para muchos y muchas hubo una violencia excusable y otra condenable,
sólo la simpatía ideológica de cada cual permite que la indulgencia o la
reprobación caiga en un lado o en otro. En el día de hoy, la guerra no
ha terminado. |