Examen de ruso

JOSÉ FERRÁNDIZ LOZANO [www.joseferrandiz.com]

27 junio 2002

A Salvador Dalí le gustaba recordar su expulsión de la Escuela de Bellas Artes de Madrid. Según su versión, al ponerse delante del tribunal que le examinaba de historia del arte y sacar bola se encontró con que le tocaba su tema más preparado. Sin embargo, su exposición estuvo muy lejos de lo que podría esperarse de un estudiante disciplinado.

—Lo siento, pero soy infinitamente más inteligente que estos tres profesores y por tanto me niego a ser examinado por ellos.

Lo dijera o no, lo cierto es que algo parecido les ha ocurrido a los aspirantes a una plaza de profesor de ruso en la Escuela Oficial de Idiomas de Burgos, invirtiéndose el orden lógico de las cosas al más puro estilo surrealista. Acabadas las pruebas, varios examinandos anunciaron que iban a recurrir el resultado tras observar que ningún miembro del tribunal entendía el ruso, detalle que el delegado territorial de la Junta de Castilla y León no sólo ha reconocido sino que lo ha explicado con convicción. Por una parte, los profesores más a mano con conocimientos de ruso no podían formar parte del tribunal porque, al ser interinos, eran los que se examinaban. Por otra, la escasez de especialistas en la comunidad autónoma es tan aguda que sólo se disponía de una persona cualificada que renunció por parentesco con un aspirante. No es difícil, pues, imaginarse las deliberaciones de un tribunal de ruso que no sabe ni jota de ruso.

—¿Y usted qué opina? –dirá el presidente a otro del tribunal.

—No sé, a mí me ha sonado todo a chino.

—Pues como se entere el Putin nos va a dar.

—¿Y yo que quiere que haga? ¿No dice usted que estuvo tres días en San Petersburgo?

—Sí, pero de turista y con un guía que hablaba español.

—Pues entonces pregúntele a este otro, que no suelta prenda y lo han llamado porque se ha leído "Crimen y castigo" en castellano.