Mundial y escaqueo

JOSÉ FERRÁNDIZ LOZANO [www.joseferrandiz.com]

31 mayo 2002

Mientras los futbolistas están ya en disposición de jugarse el Mundial en Corea y Japón, en Europa se aviva el ingenio para diseñar el escaqueo perfecto. Eso de que los partidos, por diferencia horaria, tengan que verse en el viejo continente al mediodía o a la una anima a ponerse enfermo el día del partido, a sentir molestias intestinales de sopetón, a padecer fiebres incomprensibles o a asomarse al despacho del jefe o jefa, a fin de avisarle del último infortunio: "Me acaban de llamar del colegio para decirme que vaya corriendo a urgencias, que se ha caído el niño y tiene una brecha". Habrá cumplidores estrictos con la ley que pidan vacaciones, en tanto que otros preferirán acordarse de que tienen una gestión inaplazable fuera del centro de trabajo, llamando a los tres cuartos de hora para notificar que se les ha averiado el coche y están esperando la grúa. De hecho, hay encuestas que anuncian que dos de cada diez europeos de países participantes tienen intención de ausentarse del trabajo para cantar en directo los goles de su selección. La proporción nos sorprende porque dábamos por sentado que eran más, pero quizá lo de quedarse trabajando se deba a que son bastantes los que confían en la radio. No sabemos si va a ser más eficiente un empleado en paradero desconocido u otro que se quede en el sitio a merced del comentarista radiofónico, quien a buen seguro distraerá su atención y elevará su índice de errores. Ya lo observó Benedetti en su relato "El césped": "El locutor idóneo sigue colgado a la 'o' de su gooooooool, que en realidad es una jugada suya, subjetiva, personal, y no exactamente del delantero que se limitó a empujar con la frente un centro que, entre todas las otras, eligió su cabeza". En España todo esto dura poco porque a los nuestros los eliminan pronto; pero lo que sí está claro es que un Mundial es una competición muy intelectual que da qué pensar.