Democracia "light"

JOSÉ FERRÁNDIZ LOZANO [www.joseferrandiz.com]

30 enero 2002

Por lo visto y oído a los "barones" del PP —especialmente a los colocados con posibilidades de ser candidatos a la presidencia del Gobierno después de Aznar— cabe suponer que la democracia interna en su partido es tan imperfecta como la del PSOE. Lo que se oye —al margen de que la letra de los estatutos parece que permite al presidente del PP proponer un nombre— es que el propio Aznar no ha decidido todavía quién será su sucesor. Y ahí es donde se imponen varias preguntas: ¿lo tiene que decidir el presidente del partido? ¿no es esto un culto al personalismo, antítesis de la participación democrática? ¿es que la militancia ni pincha ni corta?

La democracia interna sigue siendo una de las asignaturas pendientes del sistema. El PSOE ya puso en escena las elecciones primarias que elevaron a Borrell como candidato a presidente del ejecutivo por encima de Almunia, que representaba al "aparato", modo refinado con el que los cursis mencionan a los mandamases de dentro y a sus caciques provinciales. El espectáculo vino después, cuando el famoso "aparato" maniobró con éxito para escamotear la voluntad mayoritaria de los afiliados. Borrell no lo aguantó y dimitió. No fue el primero que tuvo problemas con un "aparato", pero sí una de sus víctimas notables. Y mejor —conocido el desenlace— que sus desajustes no hubieran pasado de ser como los de Miguel Boyer cuando era ministro e intervenía en el Congreso desde el banco azul. Un día agarró el micrófono y se puso a hablar. Como no se le oía, el presidente de la Cámara le interrumpió: "Señor Boyer, no le funciona el aparato", provocando las risas de sus señorías amigas y de la oposición. No recuerdo ahora si el ministro le dio unos golpecitos, se lo pasó de una mano a otra y llegó a soplarle en la punta; pero sí que Alfonso Guerra, que estaba al lado y a quien el "aparato" le funcionaba como la seda, le prestó el suyo para salir del paso.