El Tolkien de los anillos

JOSÉ FERRÁNDIZ LOZANO [www.joseferrandiz.com]

15 diciembre 2001

El cine nos pone de actualidad una de las grandes piezas literarias del siglo XX: "El señor de los anillos". Ni J.R.R. Tolkien, su autor, ni su primer editor en el Reino Unido podían imaginar que esa larga novela de fantasía trabajada durante doce años pudiera proporcionarles mucha rentabilidad. Del primer tomo se publicaron 3.500 ejemplares en 1954, del segundo 3.250 en 1955 y del tercero 3.500 ese mismo año, desestimando la sugerencia de Tolkien de incluir toda la obra en un volumen. La prudencia no se limitó a lanzar tiradas de poco riesgo —una garantía para no caer en la ruina— sino que se extendió a las cláusulas del contrato, estableciendo que las primeras ventas, hasta sufragar gastos, no reportarían ni una libra al autor, quien se repartiría a partir de ahí los beneficios con el editor al cincuenta por ciento. Este acuerdo tan precavido por parte de la editorial es el que favoreció a Tolkien y le convirtió, consumado el éxito, en un profesor de literatura y lengua inglesa de Oxford bastante más rico que los de su condición. Sin embargo, "El señor de los anillos" no se tradujo al castellano hasta 1977, en Argentina, cuatro años después de fallecer su autor; y no llegó realmente a España hasta 1978, simbolizando así el retraso cultural que existía por aquí con respecto a ciertos productos que triunfaban en el extranjero. En tiempos en los que se emitía la versión cinematográfica de dibujos animados, muchos jóvenes descubrimos a Tolkien e iniciamos el acopio de sus títulos, euforia que no desaprovechó la editorial Minotauro, que revive ahora un éxito similar y acaba de ser adquirida por Planeta, firma que tampoco quiso perderse el "tolkiensuperávit" y editó en 1982 la biografía de Daniel Grotta. Sin duda, el cine es un gran aliado de los editores. Y Tolkien un fracasado por no conseguir un deseo confesado que no seré el último en vulnerar: "no me gusta que escriban sobre mí".