La duda

JOSÉ FERRÁNDIZ LOZANO [www.joseferrandiz.com]

31 agosto 2001

Lo siento, pero estoy hecho una duda. Como Hamlet. Y todo por un duelo; a diferencia del príncipe danés, que lleva siglos con divagaciones que son puro teatro y pura filosofía. Los duelos son siempre emocionantes. Lo saben los directores de cine del Oeste, que se han pasado décadas repitiendo el mismo con actores distintos, el del bueno de la película que en la última escena atina al malo, generalmente rapidísimo desenfundando su revolver (aunque no tanto como el bueno), obligándole en su caída a levantar la inevitable polvareda; lo saben los periodistas deportivos, que agotan cuando se acerca una final cualquiera; y lo sabían los novelistas románticos, que vivieron la época en la que ridículos personajes con chistera ajustaban cuentas en el bosque más próximo, con padrinos y elección de arma. Más emocionantes que los duelos, más intrigantes que ese momento en el que los duelistas se la juegan, en el que uno gana y otro pierde, desapareciendo a partir de ahí todo interés, son sin embargo los preliminares. Será por la incertidumbre.

Tele 5 y Antena 3 se miran de reojo con su reto de pretemporada, especialmente con el duelo entre Javier Sardá y Máximo Pradera, quien ha dejado el Plus por el mismo motivo que Zidane dejó la Juventus: por invitación del poderoso caballero don dinero, que diría Quevedo, lo que por cierto no es nada reprochable. El botín es el de siempre: la audiencia. La sufrida y, a un tiempo, alegre audiencia que todo lo ve y con todo se distrae. Con el duelo a "zaping" entre Sardá y Pradera no sólo está en juego la franja nocturna del todo vale; está también en juego la resolución de una duda. La de cada otoño. La de saber quién alcanzará más altos índices de cutrerío mediático, la de conocer quién de los dos verterá más basura en la pantalla. Pradera lo tiene muy complicado, pero sabemos que puede.