Juan Palomo existe

JOSÉ FERRÁNDIZ LOZANO [www.joseferrandiz.com]

25 julio 2001

Si en algún momento ha oído que un escritor es capaz de cualquier cosa, no se alarme: ha oído bien. Sin ir más lejos, acabo de leer en un conocido diario digital una columna titulada "Anécdotas para el verano". Y hay que ver qué pena me ha dado. El autor, necesitado sin duda de cariño lector, no nos cuenta anécdotas, su intención es otra. Empieza informando que hay una editorial que publica anecdotarios en formato de bolsillo y que ha tenido "el placer" de encontrar en la colección uno suyo, naturalmente en compañía de otros nombres reconocidos, manera sutil de advertirnos que estamos ante un libro de nivel. Tras algunas divagaciones que interrumpen este primer impulso de autopublicidad, el columnista pasa a relatar que en la radio le han preguntado, aprovechando que su obra se centra en la antigua Grecia, en qué biógrafos se ha basado, transcribiendo la respuesta para que el lector del artículo conozca sus fuentes. Pero no es eso todo. Resulta que nos revela que muchos de los personajes citados en su simpático repertorio tienen calles dedicadas en tantas ciudades griegas que "los viajeros a los que les gustan las guías y los libros de historia, como diría un buen publicista, encontrarán en este libro docenas de datos muy curiosos". ¿Que usted no piensa ir a Grecia? Pues no se preocupe: por eso no se va a escapar. Afortunadamente estamos en verano y los anecdotarios de bolsillo, según este autor, "por su tamaño, por su contenido tan riguroso como ligero, y por su precio, son muy recomendables para viajes y para playa", con la ventaja añadida —no se resista más— de que "si el libro se lo lleva una ola, uno sólo pierde 825 pesetas". Lo que no explica en ningún momento el voluntarioso publicitario es por qué, siendo aficionado al pensamiento griego, se aplica la españolísima filosofía del yo me lo guiso, yo me lo como.