Totalitarismo en familiaJOSÉ FERRÁNDIZ LOZANO [www.joseferrandiz.com] |
7 julio 2001 |
Inspirado estuvo Albert Camus cuando
sentenció que todo revolucionario acaba como opresor o
como hereje. En realidad, no era más que una evidencia a
la que no era necesario concederle gran originalidad,
pero dio con las palabras justas. Hereje de una
revolución fue Trotsky, a quien sus tempranas
críticas al poder bolchevique no sólo le forzaron al
exilio sino que le valieron ser borrado por el
estalinismo de alguna foto clave. Fidel Castro,
cuya última senilidad de señalar a su hermano Raúl
como sucesor está muy en la tradición iberoamericana de
las familias totalitarias, es sin duda un ejemplo en
activo de la primera modalidad de Camus. Entre sus logros
está el de reproducir, en algunos aspectos, el estilo
contra el que luchó desde 1952 a enero de 1959, durante
la dictadura militar de Batista. Con la pública designación de heredero ante la cadena de televisión NBC "es el camarada que más autoridad y experiencia tiene después de mí", y probablemente por el concepto patrimonial que tiene de su nación, el todopoderoso mandamás no sólo evita que decida el pueblo cubano, por el que se supone que inició y llevó a término la revolución, sino que parece apostar por la continuidad de un régimen que no tardó en renegar del "equívoco reformista" y ha venido salvando su conservación con un estado policial, censor, con presos políticos, basado en un sistema de partido único. Nada que ver con la utopía que el propio Castro deseaba poco antes del golpe de estado de Batista. A modo de cuento, y en un discurso, describía en tiempo pasado la Cuba que quería para el futuro y no ha puesto ningún interés por construir. "Había una vez una República. Tenía su Constitución, sus leyes, sus libertades; Presidente, Congreso, Tribunales; todo el mundo podía reunirse, asociarse, hablar y escribir con entera libertad. El gobierno no satisfacía al pueblo, pero el pueblo podía cambiarlo. Existía una opinión pública respetada y acatada y todos los problemas de interés colectivo eran discutidos libremente". Palabra de Fidel. |